martes, 8 de septiembre de 2020

POESÍA PARA LA TIERRA

 


La poesía indígena de América ha tenido igual suerte que los otros rasgos de su cultura: el desprecio de los colonos por las lenguas y tradiciones aborígenes, el afán por abolir lo que no se comprende y la desgraciada y arrogante necesidad de obligar al otro a ser, creer y pensar como el que ejerce el poder y la “verdad”, produjeron el más atroz de todos los crímenes posibles: ignorar y destruir la poesía de los seres que habitaron América. A pesar de la devastación, resplandecen entre los escombros y el olvido, los vestigios de una de las más singulares y elocuentes poéticas; oír estas voces es como tener en nuestras manos las últimas hojas de lo que fue una selva. En este texto está la verdad de nuestra tierra; desde Alaska hasta la Patagonia oímos el rumor de aquellos que alguna vez, mirando al cielo de la noche, dijeron: “las estrellas son los ojos de los dioses” [José Zuleta].

 

CHI DRUA

 

Chi drua Dachi o kiraju maude Dachi soo;

Naude bu chi abu chi puur

Mabae moda besi;

Naude karinoré chi jauri ekarebena chi Dachi oa junebé chi jukara neponoeuroa.

Jau druade chi ibana kara mipita panubu,

Dahi bania biia uranubu,

Chi kera kar piuma beba utá odoipeda maude Dachi jauri wasi maude Dachi ome beia komara nidau.

Nau drua paima maude kuara bema dai buru waru Dachi okar sodoirudá;

Makara Dachi abuma badama wai,

Jau ibana ikia, Dachi kakuma baniaba aduabu;

Dachi nua mode pawara kubude arauba karide wadai Dachi komara nore mukiraka.

Dachi imama kidada nore, poema isabude bena, tambor de mura, chi purciru iaba mipita modede bianubú.

NACAVERA JESÚS

 

 

 

 

LA TIERRA

 

La tierra es el comienzo de la alegría y el llanto;

en ella vive la placenta roja

convertida en piedra negra,

en ella están los rituales de seres subterráneos

que amarran nuestra sangre

con las lianas del tiempo.

En esa tierra

está la pluma del tucán

que guarda el colorido de la vida,

está el agua libre e inquieta,

el aroma y el sabor de todas las hierbas

que nos llevan al cielo y al infierno,

estamos tú y yo

con la fuerza de los sueños.

A esa tierra negra o amarilla

irán estos huesos

cuando la boca del tiempo los haya chupado;

volveremos entonces a esa placenta,

a esa pluma, al agua que toca los cuerpos;

iremos a cantar entre los hilos verdes de esas hierbas

para alimentar todos los sueños de los hombres.

Volveremos a ser diente de tigre,

poema de la noche, tambor de yegua,

sonido de flauta a altas horas de la noche

en lo profundo de la gran montaña.

 

Por: Fredy Chikangana, 2010

 

Poesía indígena-prehispánica

 

 

 

 

No hay comentarios.:

Título: Agentes Educativos y Multiculturalidad en el Aula: Promoviendo la Diversidad y el Desarrollo de Competencias Transversales

  Introducción: Este informe tiene como objetivo explorar la relación entre los agentes educativos, la multiculturalidad en el aula y el d...